Un dia decidimos que hacer un vivac en la montaña seria una bonita experiencia. También decidimos que por Olla de Nuria seria un buen sitio donde hacerlo, así que dicho y hecho.
Dejamos el coche en Queralbs y cogimos nuestras inmensas mochilas y empezamos a andar. La idea era no llevar más peso del necesario (aunque me llevé la cámara réflex). Sabíamos que por la zona alta de la Olla de Nuria no encontraríamos agua y difícilmente a finales de junio quedara algo de nieve, así que en Vall de Nuria, después de comer algo y reponer fuerzas, cargamos el agua que creíamos necesaria hasta el dia siguiente que bajaramos.
Comenzamos a perfilar la Olla de Nuria subiendo en primer lugar al Puigmal (2.913m) y a partir de ahí continuar con todo el arco que forma esta olla. Dormiríamos... en cualquier collado que nos pareciera adecuado.
Conforme nos ibamos acercando al Puigmal el tiempo dejaba de ser tan apacible. Primero aire y luego niebla. Aún con el esfuerzo de subir las tremendas rampas y acarrear los mochilones (con fiambrera, agua, saco de dormir, ropa...) tuvimos que cubrirnos un poco para no pasar frio.
Paradita rápida para hacer foto y proseguir.
Cuando descendimos unos metros ya pudimos ver un poco más del paisaje, e incluso algún rayo de sol nos quería iluminar.
Finalmente, y a una hora prudencial decidimos parar a montar el "campamento base". En el Coll d'Er, a 2.747m. habían restos de un vivac, así que... primero vamos a comer algo!
Nos tocaba reponer un poco el vivac, no es una zona donde se suela parar mucha gente y los muretes no son demasiado altos.. .así que a buscar piedras y a apilarlas.
Fue agradable encontrarnos un grupo de muflones que se acercaron a curiosear a ver qué hacíamos. Evidentemente siempre a bastante distancia.
Por la tarde y hasta bien entrada la noche tuvimos este juego de luces: una tormenta que por suerte tuvimos a bastante distancia.
La noche no fue nada agradable. Estuvo haciendo mucho aire, iban pasando las nubes por encima nuestro y se reflejaban los rayos de la tormenta de en frente. Estabamos durmiendo con un saco de 5 - 10 grados, , con funda de vivac, vestidos y con la capucha puesta. Incluso al resguardo del pequeño vivac, con el aire, parecía que alguien nos moviera los sacos.
Amanecer al dia siguiente nos brindó el poder ver, hoy sí, el Puigmal sin nieblas. Hacia un aire y frío. Nos pusimos toda la ropa que teníamos a ver si de ésta manera entrábamos en calor.
Mirando hacia donde la noche anterior estuvo la tormenta
Después de un desayuno frío, empezamos a caminar y así a entrar un poco en calor.
Aunque hacia sol, hacia un aire un poco incómodo, no acabábamos de entrar en calor. Por mi parte la noche anterior descansé poco ya que pocas veces en la montaña descanso bien. Además, el aire que nos movía los sacos y que se colaba por todos los resquicios o el vigilar la tormenta por si se acercaba más de la cuenta.
Allí al fondo es donde la tarde noche hubo la tormenta, y ahora volvían a crecer nubes por diferentes sitios.
Las formas de las nubes ya nos indican el aire que hace.
Mientras tanto íbamos disfrutando de las vistas: a un lado Francia y al otro la Vall de Nuria, casi mil metros más abajo.
Muchas veces el esfuerzo vale la pena y poder contemplar estos paisajes, pero siempre con un ojo puesto en la meteorologia.
Era relativamente pronto y el cielo se estaba empezando a cargar de nubes de una forma un poco alarmante.
Llegados al Coll de Nuria (2.682m. ) decidimos dar por finalizada la ruta por la Olla de Nuria y empezamos a bajar. Nos quedaban aún varias horas por delante como para arriesgarnos a que nos coja una tormenta eléctrica en pleno cresterío.
Durante la bajada podíamos ver el Pic d'Eina allá en lo altó, justo por donde poco antes habíamos pasado y para sorpresa nuestra las nubes comenzaron a deshacerse. Bueno, otra vez será.
Como estábamos con fuerzas decidimos continuar las bajada hasta Queralbs andando de nuevo, nada de cremallera, que es muy caro!
Aquí dejo el enlace de la ruta en Wikiloc. Se hizo Queralbs - Olla de Nuria (parcial) - Queralbs.
Al año siguiente repetimos, pero esta vez desde Fontalba, con mochila ligera y al grano. Muy bonito pero ya desde el Puig de la Fontnegra ya empezaba a ser duro. Muchas horas, cansancio, bajada larga y dura... pero valio la pena.
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